El Tapir o Danta de Montaña (Tapirus pinchaque) cumple un rol ecológico fundamental como dispersor de semillas y modificador de los territorios, en la actualidad encuentra amenazado su hábitat natural y la Corporación Autónoma del Alto Magdalena-CAM adelanta esfuerzos para preservar esta especie y su ecosistema en el Huila.
 
Hoy durante la celebración de su día,  la CAM dio a conocer la implementación de acciones que adelanta para la conservación de este mamífero y su hábitat, una de las especies más antiguas del reino animal.
 
Dentro de las actividades desarrolladas en las áreas protegidas del departamento, se encuentra la articulación y el trabajo comunitario en pro de la biodiversidad, lo que ha sido fundamental para conocer y generar apropiación del territorio.
 
Es por ello que desde  el año 2012 hasta la actualidad, seis grupos de monitoreo  comunitario, han reportado a través del fototrampeo registros directos de la especie en los ecosistemas del departamento.
 
La instalación de cámaras trampa como metodología no invasiva para conocer el comportamiento de las especies en vida silvestre, ha permitido identificar cinco núcleos poblacionales de la especie en el departamento, trabajo comunitario que permite a la autoridad ambiental promover investigación en torno a la especie.
 
“A través del constante trabajo desarrollado en las diferentes categorías de conservación por los grupos de monitoreo en apoyo con la CAM se tiene reporte de 10.000 registros efectivos de Tapirus pinchaque, en estos pudiendo identificar reproducciones y estado de los individuos”, aseguró Katherine Arenas, bióloga de la CAM.
 
La profesional recalcó que el esfuerzo y voluntad del grupo de monitoreo Huellas del Macizo del municipio de San Agustín ha permitido obtener desde el año 2012 datos significativos de la Danta de Montaña a través de la técnica de fototrampeo, de este modo pudiendo determinar que en este municipio que integra el Parque Natural Regional Corredor Biológico Guacharos Puracé, se encuentra la mayor población de la especie, población que está conectada con otras áreas protegidas de carácter regional y nacional en donde los individuos encuentran disponibilidad de hábitat y alimento considerando la integralidad ecosistémica.
Así, el fortalecimiento técnico de los grupos de monitoreo comunitario es una de las principales estrategias para que las comunidades rurales adquieran habilidades de seguimiento a las especies silvestres con las que interactúan en el territorio, así el fototrampeo comunitario ha sido fundamental para monitorear la supervivencia de las poblaciones silvestres que habitan los ecosistemas del departamento. Sumado a ello, el trabajo de educación ambiental desarrollado con niños y adultos ha sido un aliado fundamental para que en las comunidades se reconozca a Tapirus pinchaque como una especie de alto valor ambiental considerando el rol que desempeña en los bosques y que contribuye a la provisión de bienes y servicios.
 
La especie
Tapirus pinchaque o Danta de Montaña tiene su pelaje grueso, denso, de color negro, presenta una línea blanca alrededor de los labios y en el borde de las orejas, el hocico es prolongado en forma de trompa, presenta cuatro dedos en las manos y tres en las patas. Las dantas juveniles son de color marrón con puntos y líneas blancas hasta aproximadamente el año de edad. Es una especie silenciosa, de hábitos solitarios, son más activas al atardecer y en la noche. La especie puede pesar hasta 250 Kg.
 
La Danta fue incluida en la lista roja de especies amenazadas de la UICN desde 1982, actualmente se encuentra catalogada como En Peligro-EN a nivel mundial. Se estima que la disminución de la población es superior al 50% en las últimas tres generaciones (33 años), probablemente quedan menos de 2500 individuos maduros considerando que actividades como la cacería y fragmentación de hábitat afectan considerablemente las poblaciones de la especie en todo el rango de su distribución (Colombia, Ecuador y Perú).