Publicado: 15 de Diciembre de 2022 a las 17:36

Tropa de monos churucos recuperan su libertad tras dos años de rehabilitación en el Huila

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En el año 2021 se dio inicio al proceso de rehabilitación de una tropa conformada por cinco individuos de Mono lanudo o churuco (Lagothrix lagothicha) en el departamento del Huila, mediante técnicas de enriquecimiento ambiental y monitoreo del comportamiento, de tal manera que lograran volver a su hábitat natural después de padecer el cautiverio.
Estos primates ingresaron, en diferentes fechas, a la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena-CAM como producto del tráfico de fauna silvestre, rescates o entregas voluntarias.
“Cinco monos churucos, una de las especies más traficadas en Colombia,  ingresaron en diferentes fechas a la CAM como resultado de decomisos y entregas voluntarias, los cuales fueron valorados médica y etológicamente en nuestro Centro de Atención y Valoración e incluidos en un proceso de rehabilitación que surgió como una propuesta de investigación desde el laboratorio de Ecología de Bosques Tropicales y Primatologia de la Universidad de Los Andes”, relató Mario Suárez, profesional de fauna de la CAM.  
Una vez valorados clínica y biológicamente por el grupo de fauna de la CAM, se inicia el proceso de rehabilitación que buscaba garantizar el correcto desarrollo de hábitos para búsqueda y hallazgo de alimento, recuperar las reacciones e interacciones grupales que obedecieran a la conformación jerárquica de los individuos, de manera se garantice la reproducción, seguridad y unión de la tropa y adquirir la capacidad para reconocer, defender o resistencia individual y grupal a una presión negativa, presencia de humanos o de predadores naturales.
En este sentido Luisa Jaramillo, bióloga de la CAM, describió este proceso, “en el Centro de Atención y Valoración de Fauna de la CAM adelantamos el proceso de rehabilitación, contando con el apoyo técnico de la Universidad de Los Andes.  A estos cinco monos churucos se les enseñó desde abrir una fruta, trepar árboles, hasta defenderse, siendo un proceso arduo que hoy está dando resultados”, expresó.

Cambios positivos
Durante el largo proceso de rehabilitación liderado por los biólogos y médicos veterinarios de la autoridad ambiental del Huila y el Laboratorio de Ecología de  Bosques Tropicales y Primatología de la Universidad de los Andes en el Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre, ubicado en el municipio de Teruel, se observaron cambios significativos de forma individual y grupal para la especie.
Fue así como se determinó adelantar un proceso de liberación en semicautiverio, pues se evidenció que los ejemplares  reforzaron sus instintos comportamentales vitales para garantizar su supervivencia en la vida silvestre.
Tras un largo proceso de selección se determinó que sólo  cinco ejemplares de once,  eran aptos para ser reintroducidos al medio natural; y es así como “Tayson” (macho alfa de la tropa), “Igna” hembra de segundo mando en la tropa  adulta,  “Botija” juvenil  macho curioso e intrépido, “Otto” juvenil macho carismático y muy sociable,  y “Camila” hembra amorosa y tierna, emprendieron un camino de casi 24 horas hacía su única opción de esperanza para volver al bosque tras sufrir el flagelo del cautiverio.
Estos animales silvestres permanecieron por años cautivos, secuestrados, fueron arrancados de los brazos de sus madres  y torturados por humanos para ser tenidos como trofeos y mascotas en casa  de campo para el disfrute y diversión de las personas.

La travesía
El día 10 de noviembre del presente año el equipo de fauna de la CAM  realizó el embalaje y transporte de los primates desde Neiva con destino al municipio de San Martín en el Meta donde investigadores de la Universidad de los Andes, apoyaron el  proceso de traslado con la autorización de la Corporación Autonomía Regional para el Desarrollo Sostenible del Área de Manejo Especial La Macarena – Cormacarena.


“Esta reserva se escogió porque no existe una población de monos churucos en la actualidad en esa área, minimizando el riesgo de afectar poblaciones locales. En esta reserva solo habitan dos individuos liberados en proceso de investigación anteriores”, indicó Mario Suárez.

Liberación blanda
Allí, en una reserva natural y en medio del bosque, se construyó una jaula donde los ejemplares permanecieron un mes antes de abrir las puertas, esperando  que individuos de la misma especie ya en libertad  los ayudaran  en la transición de la vida en libertad.
Durante ese proceso de transición entre el cautiverio y la libertad, los primates fueron alimentados con plantas locales y cuidados por médicos veterinarios y biólogos del grupo de investigación, esperando con ansias que le abrieran las puertas de la jaula, proceso que se adelantó el pasado 9 de diciembre de 2022.



Estos primates serán asistidos durante tres meses más por profesionales, donde gradualmente se disminuirá la cantidad de alimento, además  esta tropa será monitoreada  a través de collares para ubicarlos a lo largo del bosque y seguir de cerca sus pasos.



“Este proceso es muy importante, no solo porque suministra información sobre la rehabilitación de estos primates, sino también es un ejemplo de articulación entre autoridades ambientales y la academia, lo que permitirá devolver algo de lo que los traficantes sacan de los ecosistemas del país”, puntualizó Mario Suárez,  médico veterinario de la CAM.

La especie
Esta especie tiene un valor  biológico incalculable, se trata de un mono de gran tamaño que puede pesar hasta 22 kilogramos y medir 62 centímetros de alto, tiene un  pelaje espeso  y una cola prensil que funciona como un quinto miembro para moverse entre los árboles.
 
Aunque cuentan con una gran  destreza para desplazarse y escapar de las amenazas , las consecuencias son terribles cuando no lo logran, pues las pérdidas de especímenes  pueden tardar bastante en recuperarse debido  a que las hembras pueden parir únicamente una cría cada dos años haciendo su reproducción lenta, ya que la edad adulta ronda los 10 años.



Estos primates cumplen un papel ecológico vital para los ecosistemas pues habitan  áreas amplias donde, al comer frutas, se convierten en unos importantes dispersores de semillas que, por ende, garantizan el buen estado del bosque.

Las principales amenazas  para el mono   “lanudo”, son la  caza asociadas por  su abundante carne y también es capturado para venderlo ilegalmente como mascota. Además, la tala desmedida de los árboles donde habita y el cambio climático que provoca la escasez de los frutos que consume, por ende actualmente se encuentra  categorizado como En Peligro de Extinción según el Atlas de la Biodiversidad de Colombia y en estado Vulnerable, de acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).