Publicado: 8 de Octubre de 2025 a las 15:24
Familias guardianas de las abejas meliponas, conservan el Páramo de Miraflores

Sesenta y una familias del centro del Huila son guardianas de las abejas nativas sin aguijón. De la mano con la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena-CAM han aprendido a cuidarlas, rescatarlas y hasta multiplicar sus colmenas al tiempo que conservan el área protegida del Parque Natural Regional Cerro Páramo de Miraflores.
Llevan dos años aprendiendo con ellas en el patio de sus casas. Ahora son voceros de la importancia de las abejas nativas sin aguijón, enseñándoles a sus vecinos cómo cuidarlas y que, al hacerlo, están protegiendo los recursos naturales del departamento.
Este es el caso de Maricel Parra quien en el municipio de Gigante visita sus colmenas a diario mientras riega los 32 árboles que recibió de la CAM, de los cuales salen las flores que sirven de alimento para las abejas conocidas como angelitas. Las especies de meliponas que han llegado a su hogar.
“Mi esposo empezó a rescatarlas, él hacía cajitas y las sacaba de debajo de la tierra y de los cafetales, por eso cuando la CAM llegó con estos proyectos, aceptamos y recibimos un kit de colmenas empezando así nuestro proceso de proteger la especie”, dice orgullosa Maricel, quien consiente del daño que hacen los insecticidas a las abejas, dejaron de cultivar productos que requieren muchos químicos.
Hoy en su patio florece un jardín con centenares de botones de oro, especie forestal que recibió de la CAM y que asegura la vida de las polinizadoras, su venta de miel y el éxito de los cultivos de su familia y los de toda su comunidad.
Esta iniciativa hace parte del proyecto de polinización con abejas silvestres sin aguijón en los paisajes cafeteros del Corredor Andino Amazónico del Huila, financiado con recursos del Sistema General de Regalías, la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena – CAM, la Gobernación del Huila y Conservación Internacional.
Meliponarios
A unos kilómetros de allí, en la finca La Esperanza, del municipio de Gigante, una familia de agricultores instala nuevos meliponarios entre sus cultivos de café, eucalipto e implementan prácticas de manejo sostenible que aprendieron de la autoridad ambiental. Maribel Canás Vera, la mujer que lidera este proyecto en su hogar, recuerda que hace dos años por este sector se cultivaba mucho lulo, producto que, según ella, se fumigaba con venenos tóxicos que afectan incluso la floración de los cafetales.
La mujer asegura que las charlas, capacitaciones y los seguimientos que le ha hecho la CAM en el sector y entre sus vecinos se ha materializado en la polinización de los diferentes cultivos, la mejora de los suelos y el agua del área protegida.
“Aquí es bueno encontrar abejas porque quiere decir que están bien cuidadas, están protegidas, que se está conservando esta zona y es cierto porque tenemos mucha reforestación, nosotros además sembramos especies como el eucalipto, entonces como resultado hay siempre fuentes hídricas limpias”, asegura Maribel.
Son dos historias distintas, con un mismo propósito: cuidar y conservar el bosque alto andino y los páramos a través de acuerdos de conservación; una estrategia que la CAM ha implementado con la comunidad dentro del área protegida del Parque Natural Regional Cerro Páramo de Miraflores.
Familias beneficiarias
El objetivo de la corporación es sencillo, pero de mucho impacto, se entregan a las familias insumos, colmenas, árboles, formación y acompañamiento técnico a cambio del compromiso de minimizar el uso de químicos en los cultivos, que a su vez se traduce en conservar la vida de las abejas, los suelos, la fauna y los recursos hídricos del área.
"Inicialmente el proyecto tiene que ver con los esfuerzos de conservación en los sistemas productivos agropecuarios. Al tener las abejas meliponas e incluso al tener las abejas apis melífera, lo que se pretende es que nuestros productores aprendan a utilizar un poco mejor, de una manera mucho más racional los pesticidas y los insecticidas en la producción agropecuaria", explicó Alirio García Parra, profesional del Parque Natural Regional Cerro Páramo de Miraflores de la CAM.
Bajar la carga de venenos aplicados y saber en qué momento se pueden aplicar para no afectar las poblaciones de polinizadores, son tan importantes en la agricultura y en la conservación del área protegida.
Según el profesional de la CAM, en la zona de influencia, la idea es que la sensibilización a las familias que están cerca del área protegida, sirva para que se realice un manejo racional de todo lo que tiene que ver con productos agroquímicos y que exista un compromiso frente al cuidado de la montaña.
"El mismo hecho de proteger todo lo que tiene que ver con la fauna, nos ayuda a la polinización y a su vez al éxito de los cultivos agrícolas, nos aporta para la reconstrucción de la zona de restauración que tenemos en el área protegida", aseguró García Parra.
Es decir, el amor por la meliponicultura permite que las familias vayan teniendo un poco más de sensibilización y más conciencia frente al tema de conservar.
Por su parte Andrea Peña Pérez, gestora local del Cerro Páramo de Miraflores, entre los municipios de Algeciras, Gigante Garzón, indica que además de buena receptividad por parte de la comunidad con el proyecto de la meliponicultura se está cambiando el chip de las personas que pasaron de fumigar con químico a hacerlo con productos orgánicos, tomando conciencia del cuidado y la importancia de las acciones que se tienen frente a los recursos naturales.